Y este viernes debería comenzar la primera noche de corso...y este viernes 12 de febrero, el corso no iniciará porque lo determinó una pandemia. Miles y miles de mercedinos extrañarán la cuatro noches de carnaval, quizá una minoría no lo haga; pero hay algo que nadie puede negar: el corso es la fiesta popular por excelencia y de importancia que tiene Mercedes a lo largo de su historia.

Estas últimas semanas, las redes sociales explotaron de imágenes y recuerdos que los grupos que forman parte del carnaval local, colocaron para que nadie se olvide de esta festividad; para que el corso siga más vivo que nunca, aunque el coronavirus lo haya postergado.

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Todos los grupos de murgas, comparsas, batucadas, candombe, carrocistas, grupos de máscaras, máscaras sueltas y público en general, apelaron a las imágenes para recordar que el corso no morirá jamás, y que hasta el año que viene hay que esperar.

Pero pese a que la 29 no tendrá el color en todo su largo y ancho de las típicas serpentinas de focos de colores, sí tendrá una presencia estelar: La Mariposa. Sí, esa que era el símbolo del carnaval, la que desapareció casi por 12 años y que durante la gestión de Juani Ustarroz regresó renovada, en diseño y glamour.

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Esa Mariposa posada en lo alto de la Plaza San Martín, frente al palacio municipal, se encenderá por cuatro noches para recordar que los corsos siguen vivos y en homenaje a todos quienes lo hacen vivir; grupos y público en general.

En el inicio de esta semana, se vio a la cuadrilla del sector eléctrico municipal trabajando sobre su instalación y a juzgar por lo que se ve, la misma tendrá nuevas incorporaciones. A su alrededor se observaron reflectores muy modernos de luces led, que iluminarán el frente del edificio municipal y la hará más impactante.

Ella resistirá estoica cualquier pandemia; ella estará allí solitaria para llevar un mensaje a la población de que el vació que sufrirá la 29 es para que todos mantengan los cuidados que se deben tener frente a esta situación que azota al planeta. Ella será el símbolo de todos, hasta que la 29 vuelva a brillar en sus cuatro noches de corsos.