Lecciones de ética desde el oficialismo: la reflexión pública de Sabrina Viñales

En medio de la tensión política que dejó la última sesión del Concejo Deliberante y el debate abierto por el rol de los mayores contribuyentes, la concejal oficialista Sabrina Viñales utilizó sus redes sociales para publicar un extenso mensaje con tono reflexivo y apelaciones directas a la ética política, el respeto institucional y la responsabilidad de quienes ocupan cargos públicos.

El texto apareció luego de días marcados por el bloqueo legislativo, las ausencias estratégicas y las acusaciones cruzadas dentro del recinto. En ese contexto, Viñales sostuvo que cuando la política se vacía de principios deja de ser política, una frase que funcionó como eje de su planteo y como crítica indirecta a las prácticas que, según su mirada, degradan el debate democrático.

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La concejal fue enfática al diferenciar el disenso legítimo de lo que consideró una falta de compromiso con la función pública. Remarcó que la democracia no exige unanimidad de pensamiento, sino respeto por la Constitución, las leyes y las instituciones. Desde esa premisa, cuestionó la parálisis del Concejo y afirmó que la ciudadanía no elige concejales para que se oculten, nieguen quórum o bloqueen el funcionamiento del cuerpo, sino para debatir, dar la cara y trabajar dentro de los canales institucionales.

Un tramo central de su mensaje estuvo dedicado a la defensa de la concejal radical Aida Petty Laporta, a quien destacó como la única edil no oficialista que no se sumó al vacío institucional. Viñales repudió los cuestionamientos que recibió Laporta por su decisión de ocupar su banca y calificó esos ataques como intentos de disciplinar la honestidad. Señaló que su colega encarna una tradición democrática y republicana que, a su entender, no tiene vínculo alguno con la extorsión política ni con el vaciamiento institucional.

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En ese pasaje, también subrayó que Petty Laporta no necesita defensores, ya que su trayectoria, su militancia histórica en la Unión Cívica Radical y su conducta hablan por sí mismas. Sin embargo, consideró que el nivel de hostigamiento ameritaba una toma de posición pública frente a lo que definió como una injusticia evidente.

Viñales no ahorró críticas hacia quienes, según expresó, intentaron reemplazar el debate democrático por declaraciones mediáticas o proyectos ya aprobados. Para la concejal, ese desplazamiento del recinto hacia los micrófonos constituye una falta de respeto a los vecinos y una forma de debilitar la democracia representativa.