. También, que el Fondo Monetario Internacional se está aprovechando de los malos dirigentes que tenemos y que por eso la única alternativa creíble se basa en una nueva generación de dirigentes que trabajen en equipos para llevar adelante la reconstrucción nacional.

Cuando el gobierno de la Alianza, UCR-Frepaso ya era historia, el entonces gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, pretendía pasar unos días de descanso en Merlo, el centro turístico de excelencia de su provincia. “Salí para allí y terminé en Olivos”, le dice a IMPULSO al recordar su asunción como presidente de la Nación, hecho ocurrido el 23 de diciembre de 2001.

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Tras sus recordados anuncios de suspensión del pago de la deuda externa, su reivindicación del 17 de octubre de 1945, de las Madres de Plaza de Mayo, de la defensa de los derechos humanos, de los mártires de la Argentina, la resistencia peronista, del encuentro con los líderes sindicales Rodolfo Daer y Hugo Moyano en la sede de la CGT, de sus interminables reuniones con dirigentes piqueteros, empresarios, referentes sociales, políticos y funcionarios, todo en medio de un vértigo de siete días, Rodríguez Saá renunció al cargo. La acusación central estuvo dirigida a los gobernadores peronistas, los que en conjunto le quitaron el apoyo a su flamante gestión.

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En el camino quedaron las expectativas de muchos argentinos que todavía esperan que la política y los gobiernos democráticos se hagan cargo de sus errores permanentes. Todos estos temas y las posibles soluciones fueron analizados en esta entrevista exclusiva.

-En estos tiempos que corren, Rodríguez Saá, ¿Por qué la nueva Argentina no llega nunca?. ¿Qué se propone como meta para encarar un modelo distinto de país?.

-Nosotros pensamos que como estrategia tenemos que esclarecernos y unificar el pensamiento nacional. Entonces, reconstruido y actualizado el movimiento nacional y popular, tenemos que tener el programa de reconstrucción nacional. Pero cómo vamos a hacerlo, si no tenemos claro el pensamiento. Cómo vamos a llegar al gobierno si no tenemos una organización que nos permita disputar electoralmente el gobierno...

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-¿Usted no cree que tanto Menem como Duhalde y otros dirigentes han evitado o anulado el debate en el peronismo durante todos estos años?

-Han evitado y lo evitan. Lo han anulado, han pretendido adormecer al pueblo peronista imponiéndole el pensamiento único que dice: “si no hacemos esto, el abismo; si no hacemos aquello, el abismo”. Entonces así nos obligaron a no pensar más en la deuda externa, lo único que podíamos pensar es que teníamos que pagarla. Fíjense el drama que tiene la Argentina: nadie sabe cuánto debemos. Yo les pregunto a ustedes: ¿Saben cuánto debemos? Hablan todos de deuda externa, pero cuánto debemos. Pregúntenle al ministro (de Economía, Roberto) Lavagna, al presidente (Eduardo) Duhalde cuánto debemos; que expliquen con precisión cuánto debemos, a quién le debemos, por qué le debemos, cuándo son los vencimientos de esa deuda, qué intereses pagamos, quién recibió los montos que dicen que debemos y en qué se invirtieron. Miren qué preguntas. Estamos hablando nada más y nada menos que de aproximadamente ciento cincuenta mil o ciento setenta mil millones de pesos; estamos hablando nada más y nada menos que lo que significa desfinanciar toda la Argentina. Nada más y nada menos que lo que empobrece, margina, excluye y desocupa.

-Ahora, ¿cómo se reconstruye el movimiento nacional y popular: por adentro o por afuera del PJ?

-No, no. Desde las estructuras de agrupaciones del PJ con todos los partidos y organizaciones populares y sociales que integran la vida nacional –y que son muchas- y que se fueron marginando y saliendo del Movimiento Justicialista y del movimiento nacional y popular, justamente porque no se los dejaba debatir, pensar, participar y ser protagonistas

-¿Qué tiene que pasar para que usted se vaya del Partido Justicialista?

-El Partido Justicialista es una estructura hoy vacía de contenidos. Del Movimiento Justicialista no me voy a ir nunca; del Partido Justicialista si me hacen trampa, me voy.

-¿A qué le llama hacer trampa?

-A la existencia de padrones truchos, junta electoral connivente, a no dejar participar o imponer un pensamiento único, que tiene que haber un sólo candidato, que sea (Carlos) Reutemann o (José Manuel) De la Sota, que yo personalmente no tengo ninguna objeción. Simplemente le digo al pueblo peronista que son los continuadores del Pacto de Olivos, el cual nos ha llevado al fracaso en el que estamos. Creo que el peronismo y el movimiento nacional y popular tiene que presentar otra alternativa para que el pueblo argentino pueda tener una alternativa creíble para los próximos tiempos. Y una alternativa creíble basada en que una nueva generación de argentinos tiene que gobernar la Argentina: los jóvenes tienen que ser los protagonistas, parte integrante del equipo que lleve adelante la reconstrucción nacional.

-¿Cuando habla de reconstruir el movimiento nacional y popular, usted toma como base al peronismo?

-Tomo como base a todas las organizaciones sociales y populares que luchan por la Argentina y que luchan junto al pueblo y, también, dentro de ellos ubico al peronismo.

-Cuando hace su análisis sobre la deuda externa, ¿no teme que su discurso se acerque al que pregona la izquierda?

-Creo que la derecha y la izquierda son formas de encuadrar. No tengo ningún temor. Y si fuera de izquierda, qué problema hay. Es lo que pienso. Es lo que el pueblo argentino tiene que esclarecer. No sé si es de derecha o de izquierda, lo que sí se es que estoy diciendo la verdad. Por qué vamos a pagar lo que no sabemos si debemos. ¿Usted pagaría en forma particular una deuda que no conoce?. No. Usted intentaría averiguar por qué debe, qué debe, a quién le entregó la plata. Después, vamos a ver si pagamos o no pagamos, y cuál es la deuda legitima y la ilegitima. Todo esto dentro del mundo, relacionado correctamente con el mundo. Vamos a los tribunales internacionales a esclarecerlo. No estoy diciendo que hay que tomar una medida unilateral, arbitraria. No. Que nos acrediten que debemos. Y si lo debemos y nos entregaron, hay que pagarlo. Ahora yo me pregunto qué se hizo del blindaje. Dónde esta el mismo. Nada más y nada menos que cuarenta mil millones de dólares. Qué se hizo, dónde está. ¿Lo recibimos?.

-Si usted encuesta a la gente se va a dar cuenta que todos coinciden en que esta deuda es impagable y quieren saber lo que pasó con la misma. Ahora, cuando plantea el tema –y siendo que fue presidente- se lo acusa de ser populista. Entonces, ¿quiénes son los que nos gobiernan?

-Nos gobierna el Pacto de Olivos, el establishment porteño, la alianza de una generación que quiere mantener la corrupción estructural en la Argentina y que quiere seguir haciendo negocios a costa de los argentinos.

-¿El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial son cómplices de todo esto?

-El Fondo Monetario aprovecha estos malos dirigentes, que perjudican a la Argentina, para exigirnos condiciones que suelen acercarnos. Yo fui presidente, lo hablé con el Fondo Monetario, y a mi no me pusieron ninguna condición para la Argentina. Al contrario, dijeron que estaban preocupados, que querían ayudar y que nuestro país debía resolver por su propia decisión un plan económico sustentable. Y que si nosotros presentábamos un plan económico sustentable, el mundo nos apoyaba. Y un plan sustentable es un presupuesto equilibrado, de déficit cero, pero que en lugar de sacarles recursos a los pobres, se los saque a la corrupción estructural. Se puede, lo he demostrado y explicado cómo se hace.

-También habló de la creación de una nueva moneda ...

-Bueno, mi gobierno propuso la emisión de una moneda para ordenar el festival de cuasi monedas. Porque a mi me criticaban el “Argentino” y no dicen nada del Pata