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De cuando Genny me regaló un problema.

Iba yo andando en mi bicicleta de toda la vida, regresando del trabajo, cuando un genio salió de una lámpara, era una luminaria de estas nuevas de led en realidad, y mi vida cambió para siempre.

Por Equipo de Redacción MercedesYA
De cuando Genny me regaló un problema.

Mi vida era más o menos sencilla. Todas las mañanas me levantaba tipo 6:30 y luego de una ducha rápida desayunaba con mi familia. Somos cuatro en casa. Mi esposa, mis dos hijos y yo.

De tanto en tanto, durante el desayuno, surgía el mismo reclamo. Sobre todo en invierno, cuando hacía más frío, cuando las calles estaban más oscuras durante la mañana. Es que Martín y Clara, mis hijos, iban al colegio caminando y siempre me echaban en cara que el vecino de enfrente llevaba a sus hijos en auto.

Yo los entendía. A mi me pasaba lo mismo de chico. Y por eso estaba pagando las cuotas de un ciclomotor. Me lo entregaban en 3 meses. Ya había hecho las cuentas y si me ajustaba en algunos gustitos que me daba podría perfectamente con los gastos de la patente, el seguro y los 2 tanques de nafta semanales que el vendedor me dijo iba a gastar de acuerdo al uso que pensaba darle.

Pero una de esas tardes en las que volvía del trabajo, mientras pasaba frente al campo de deportes del Club Velez y miraba maravillado como lo habían iluminado, observé que de una de las farolas se asomaba un genio. Si, uno de esos genios de la lámpara, como el de Aladino, salvo que este era más moderno porque vivía en una lampara LED, que me señalaba con su dedo.

- A mi?
- Si. A vos. Detente!

Me detuve de inmediato. No tanto por la curiosidad sino por el temor que me despertó tanta determinación por parte del genio.

- Que pasa genio?
- No me digas genio. Llamame Genny, por favor, que es más amistoso.

A partir de ahí entablamos una charla muy amena. Me explicó que vivía dentro de la lámpara, y que con recursos propios hacia muchas obras. Luego de la charla me hizo una propuesta que no pude resistir:

- Voy a regalarte un auto.

Un auto! Genny me regalaría un auto! Basta de discusiones en el desayuno. Basta de que mis hijos se sintieran menos que los de mi vecino. Un auto!

- Acepto!
- Concedido!

Inmediatamente aparecieron de adentro de la farola, unos geniecillos más pequeños, con cámaras fotográficas y micrófonos. Nos sacaron unas fotos, me hicieron un reportaje, me desearon mucha suerte con mi nuevo vehículo, y se despidieron.

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Podrán imaginarse la alegría de mi familia cuando llegue a casa! Ahí nomás nos subimos los cuatro a dar una vuelta. El auto era tal cual lo habían soñado mis hijos. Doble Airbag. Cinturones inerciales. GPS. Y lo mejor…Genny me lo había entregado con el tanque lleno.

Todo venia de diez hasta que una alarma sonó. Le dije a mi señora que se fijara en la guantera, que había un manual.

- Es el indicador de reserva de combustible

Cierto. Con el entusiasmo del nuevo auto me había olvidado que funcionaba con combustible. Que cabeza la mia, acostumbrado a la bicicleta.

- Además en la guantera encontré estos papeles
- Que papeles?

Eran los papeles del seguro, con el detalle de las cuotas que debía pagar. Mas el impuesto de la patente. Mas un cronograma de los servicios que debía hacerle al auto para que conservara la garantía del mismo.

Inmediatamente me di cuenta de que el auto era hermoso, pero no era para mi. Yo solo no podría con los costos de mantenimiento. Le pregunté a mis hijos si podían darme una mano con los gastos. Si podían aportar algo, o si podían resignar alguna cosa para que pudiésemos tener el auto.

- Ni loco pá! Nosotros solo somos chicos.

Le expliqué a mi familia entonces que iba a devolverle el auto a Genny. Que se lo agradecería nuevamente. Que sabia de su buena voluntad. Pero si no me ayudaba también a sostener los gastos me resultaba imposible.

- Qué decis papá?? (en realidad no dijeron “papá”, utilizaron otro termino)

Fue el reclamo inmediato.

- Cómo vamos a hacer ahora para ir al colegio de nuevo caminando después de que nos vieron bajar de este auto? Qué va a decir el vecino de enfrente? Sos loco? Tenés que quedarte con el auto, cueste lo que cueste.

Hoy salí a buscar algún laburito extra que me ayude con todo esto. Seguramente me reste horas del día que yo tanto disfrutaba. Como la del desayuno. Pero en fin. Ellos quieren el auto.

Genny, gracias por tu buena onda, pero me regalaste un problema.

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